15M

El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad

28 Dic
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog, Entrevistas   |  Sin comentarios

«El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad» es el último trabajo de Quim Nogueras Raig. Se trata de un excelente documento en el que nos presenta una serie de interesantes entrevistas a pensadores, cietíficos y activistas de estos momentos de cambio. Desde el cambio climático a la crisis energética y económica, pasando por el decrecimiento o la transición, este trabajo es un testimonio de nuestros tiempos y nos inspira a actuar. El documento lo podeis descargar al final de este artículo. Así como tambien su anterior trabajo «Energía y clima. Descubriendo los límites» Gracias por tu trabajo Quim. Disfrutadlo y difundidlo.

El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad

Es bien sabido que los seres humanos acostumbramos a cometer errores. Lo hacemos tan a menudo y de tan diversas maneras, que alguien que viniera de fuera podría pensar que incluso nos gusta. Pero no es así. No nos gusta nada equivocarnos, nos avergüenza, nos hiere el orgullo más que cualquier otra cosa, y por eso, antes que reconocer un error haremos lo que sea. Esto nos conduce, la mayoría de las veces, a cometer una equivocación aún mayor, en lo que se convierte en el principio de una larga sucesión de despropósitos, que puede llegar a ser de magnitud planetaria, tal como trataremos más adelante.

Cuando pensamos en la situación que vivimos hoy en nuestro país, no pensamos en errores, sino en la mala fe de los más poderosos. Y es cierto. Buena parte de lo que ocurre es, en mi opinión, fruto de decisiones intencionadas, de actos de egoísmo consciente, perpetrados por individuos que, con la única intención de enriquecerse, han arrojado a la miseria a millones de personas. Resulta cada vez más evidente que este abuso, lejos de detenerse, empeora día tras día, y nuestras instituciones de gobierno, en lugar de protegernos, se convierten herramientas de dominio al servicio de sus autores, los dueños del dinero.

Movimientos como Democracia Real Ya, el 15M, los llamados Indignados, son la expresión visible de una conciencia social que se está generalizando, que responsabiliza a las grandes fortunas y los grandes partidos políticos de la crisis económica actual y que, en consecuencia, tiene la convicción de que si lográramos un sistema realmente justo y democrático, podríamos volver a vivir como cinco años atrás.

Algunas voces consideran, sin embargo, que si realmente queremos salir de esta crisis, aparte de acabar con ladrones y corruptos, tendremos que mirar más allá o, mejor dicho, tendremos mirarnos a nosotros mismos, y analizar seriamente de qué manera nuestra sociedad ha llegado a ser lo que es. Quizás entonces seremos conscientes de qué errores hemos cometido, y cuáles no nos podemos permitir repetir.
Para entender de qué se alimenta lo que llamamos el estado del bienestar, no debemos mirar la economía, sino la tierra, lo que sacamos de ella y la huella que dejamos después. La riqueza de la que hemos llegado a disfrutar no es más que la traducción de un hecho físico crucial: en 100 años hemos multiplicado el ritmo de explotación de los recursos naturales hasta un nivel sin precedentes. Nuestros bisabuelos vivieron el nacimiento de la revolución industrial. Una nueva era en la que, gracias a la utilización masiva de los combustibles fósiles, el mundo ha sufrido una transformación total: ha cambiado nuestra manera de trabajar, de movernos, de organizar nuestras ciudades, ha transformado nuestra manera de producir alimentos, ha permitido multiplicar la población mundial y, particularmente en occidente, ha llevado a aumentar los niveles de consumo de forma completamente desmedida.
Científicos de todo el mundo advirtieron hace años que, por cuestiones geológicas, este crecimiento llegaría a un límite, que la producción de petróleo en un momento dado alcanzaría un máximo a partir del cual comenzaría a declinar inexorablemente, un proceso que tambiénseguirían el carbón, el gas natural, el uranio, así como la mayoría de las materias primas que ahora consideramos esenciales.

Advirtieron también de los efectos climatológicos que tendrían las emisiones de CO2 provenientes de la quema de los combustibles fósiles, y que ello conllevaría serias consecuencias sobre nuestra calidad de vida. Nos explicaron, además, que debido a la inercia que presenta este fenómeno, corregirlo nos llevaría décadas, y que en caso de mantenerse demasiado tiempo, corríamos el peligro de que se acelerara y se acabara desbocando.
El agotamiento de recursos y el cambio climático fueron predichos hace décadas, y son problemas tratados por nuestras instituciones de gobierno desde hace años, aunque siempre lo han hecho de puertas adentro, y sin demostrar ninguna intención real de hacerle frente. Esto ha contribuido a que la mayoría de la población continúe desconociendo la gravedad de la situación, o bien tenga la creencia de que se trata de cuestiones que nos afectarán más a largo plazo.
No hace falta ir demasiado lejos para darnos cuenta de que esto no es así, que aquel futuro que preveían los científicos ya está aquí: la producción de carburantes y de metales como el cobre no puede seguir el ritmo del crecimiento y sus precios suben hasta máximos históricos, estrangulando una economía que ya pende de un hilo; por el otro lado hace sólo unos meses sufríamos cuatro olas de calor consecutivas, el mismo verano que el casquete polar marcaba mínimos desde que se dispone de datos, poco antes de contemplar por televisión la visita de un huracán a la capital de occidente.

Nos encontramos pues en un punto clave en la historia, un momento decisivo en el que confluyen graves problemas económicos, ecológicos, políticos, climáticos… y donde nos vienen a la cabeza preguntas muy importantes, como por ejemplo:
-Después del petróleo, ¿podremos continuar funcionando con energías renovables?
-¿Hasta qué punto debemos preocuparnos por el cambio climático?
-¿Qué haremos si la economía no vuelve a crecer?
-¿Qué puedo hacer yo para prepararme para el futuro? ¿y qué puedo hacer por mis hijos?
-¿Cómo podemos evitar que cada vez más gente pase hambre?
-¿Hay alguien que ya se haya organizado y esté trabajando para asegurar un futuro digno?
-¿Cómo puedo aportar mi granito de arena?

Con la intención de encontrar una primera orientación hacia sus respuestas, y aprovechando las facilidades que ofrece la red, he entrevistado a diferentes personas de nuestro país, expertas en sus respectivos ámbitos. Comenzaremos conversando con Carles Riba, quien nos hablará de la crisis energética y de las soluciones que la ciencia nos puede ofrecer; a continuación Fernando Valladares nos aclarará algunos puntos importantes sobre el cambio climático; preguntaremos a Arcadi Oliveres acerca de los efectos de la escasez de recursos sobre la economía y sobre el estado del bienestar; seguidamente Marta Rivera nos explicará qué riesgos planean sobre la disponibilidad de alimentos, y como resolverlos; Carles Feixa nos ofrecerá su punto de vista sobre el papel de la juventud de cara al futuro, y en último término conoceremos dos de las principales iniciativas colectivas que han surgido en nuestro país para dar respuesta a la crisis energética y ambiental, de la mano de Enric Duran (Cooperativa Integral Catalana) y Juan del Río (Red de Pueblos en Transición).

Quim Nogueras.

Puedes leer y descargarte El retorno al equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad – Quim Nogueres 2012

Puedes leer y descargarte su trabajo anterior: Energía y clima. Descubriendo los límites.

Movimiento de Transición; de la indignación a la acción

22 May
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog   |  2 Comentarios

Movimiento de Transición: de la indignación a la acción - Transición SostenibleMovimiento de Transición; de la indignación a la acción

Como autoorganizarse para cambiar el paradigma del consumismo en un mundo complejo y finito.

Os propongo un pequeño ejercicio. Levantad la mirada y observad atentamente a vuestro alrededor. ¿Qué veis? ¿Existe alguna relación entre los objetos, personas o cosas que os rodean? ¿Qué relación tenéis con vuestro entorno?

Así es, vivimos en un mundo basado en la interdependencia. Cada uno de los elementos existentes depende de una u otra manera de otros elementos, formando así sistemas de todo tipo y escala, que a su vez se relacionan entre sí. Por ejemplo, no podemos entender la economía si no es dentro de una sociedad, y a su vez no puede existir ninguna sociedad si no es dentro de un medio natural que lo sustenta. Es justamente esta visión sistémica la que nos permite comprender que no somos seres aislados del mundo físico y natural, sino que formamos parte de sistemas socio-ecológicos complejos y dinámicos. En otras palabras, pueblos, ciudades o comunidades, habitadas por personas y otros organismos vivos, que se encuentran en continua evolución y donde abundan las propiedades emergentes, existe un elevado grado de incertidumbre y los cambios pueden ser irreversibles.

Un concepto clave para comprender el funcionamiento de los sistemas socio-ecológicos, nuestras comunidades, es la resiliencia. Entendemos por resiliencia la capacidad, inherente a cualquier sistema, de absorber los choques externos y reorganizarse mientras se produce el cambio, de manera que el sistema mantiene esencialmente la misma función, estructura e identidad[1].

Existen evidencias científicas, como el informe sobre los límites del equilibrio planetario[2], promovido por el Stockholm Resilence Centre, que nos demuestran que nuestro sistema socioeconómico está sobrepasando la capacidad de carga de nuestro planeta alterando gravemente el sistema Tierra. Consecuencias actuales de esta relación disfuncional dominante entre la sociedad industrial y la naturaleza, son el cambio climático, la desaparición acelerada de la diversidad cultural y natural del planeta, y con ello la disminución alarmante de la resiliencia, y las crisis sociales y económicas asociadas.

Efectivamente, el hambre extrema en el cuerno de África, la catástrofe de las centrales nucleares en Japón, el gran aumento de las desigualdades sociales, el crecimiento poblacional, el agotamiento de los recursos, el cambio climático, etc. son parte de una misma crisis. Una crisis de sostenibilidad global, y de percepción de la realidad, que tiene su origen en el desarraigo con la naturaleza y en el consecuente ímpetu de nuestra sociedad por controlarla. Una sociedad basada en el crecimiento acelerado y el consumismo desmesurado de todo tipo de recursos. Por ello, la recuperación de un equilibrio global pasa por la reconstrucción de resiliencia socioambiental mediante el decrecimiento consciente de nuestras economías y la relocalización de nuestros modos de vida, y para conseguirlo es necesario transformar nuestra relación con el entorno natural, con los otros y con nosotros mismos. Lo que implica, como nos indica el filosofo Jordi Pigem, una transición cultural, es decir un cambio de mentalidad y valores[3].

Una sociedad adicta al petróleo

Sin petróleo barato no estarías leyendo este artículo ahora. No se podrían haber escrito estas palabras en un ordenador y no se podría haber impreso la revista que tienes ahora en tus manos. La mayoría de cosas a nuestro alrededor dependen del petróleo barato para su manufacturación y transporte: nuestros muebles, nuestro entretenimiento, nuestra comida, nuestras medicinas, nuestra casa,… Efectivamente, nuestro bienestar y riqueza económica están directamente relacionados con el petróleo y es justamente esta gran adicción por la poción mágica de nuestros tiempos la que nos hace tan vulnerables.

El pico de producción del petróleo o peakoil, punto a partir del cual disminuye su producción, significa que a partir de ese momento la disponibilidad va a ir reduciéndose de manera gradual pero continua. Atendiendo al comportamiento de los yacimientos actuales y de los nuevos descubrimientos petrolíferos, los diferentes estudios científicos lo sitúan entre el 2007 y el 2015[4]. Sin embargo, en este caso, lo verdaderamente importante no es la fecha exacta, dado que se trata de un hecho inevitable, sino el hecho de que ocurrirá pronto y aun no hemos empezado ni a pensar realmente en ello ni a organizarnos para ello. En palabras del investigador Richard Heinberg, el peak oil, debido a nuestra extrema dependencia del petróleo, a su demanda creciente y a que no hay perspectivas de encontrar un sustituto mejor, se trata del mayor reto social y económico desde la revolución industrial[5].

El mundo está cambiando; caminemos juntos

Albert Einstein decía que “los problemas no pueden resolverse con la misma visión que los creó”. Siguiendo ese cambio de mentalidad existen un cada vez más amplio abanico de iniciativas y movimientos, que trabajan a diferentes escalas y con diferentes enfoques por un objetivo común: la transición hacia un modelo de desarrollo social y ambientalmente justo y sostenible. Cooperativas de consumo, centros sociales, el movimiento del Decrecimiento[6], o el movimiento Transition Towns[7] son sólo algunos ejemplos. Sin embargo, hasta ahora, la dispersión de estos movimientos y a veces su estrecha mirada ha hecho que, en vez de trabajar conjunta y complementariamente, se aislasen perdiendo así gran parte de su fuerza y alcance. Por todo ello, en estos momentos cruciales de la historia, resulta imprescindible ampliar esa mirada viendo la problemática socioambiental desde una perspectiva sistémica, buscando la manera de conectarse y colaborar, aumentando así la masa crítica y favoreciendo el aprendizaje entre unos y otros.

Justamente ese enfoque inclusivo e integral es el que persigue el Movimiento de Transición y uno de los aspectos que lo emparenta con el reciente Movimiento del 15M. Con un carácter eminentemente práctico y propositivo el Movimiento Transition Towns, que se centra en las problemáticas interrelacionadas del pico de producción del petróleo y el cambio climático, y que enfoca su respuesta hacia la reconstrucción de resiliencia comunitaria, está sabiendo ejercer de paraguas y pegamento de forma que iniciativas muy diversas trabajen conectadas y comiencen juntas el proceso de cambio.

El concepto de transición

El concepto de transición parte del intento de aplicar el diseñó de la permacultura[8] a asentamientos y ciudades. Su germen aparece en el 2005 con el proyecto Kinsale 2021[9], producto de un curso bianual de permacultura impartido por Rob Hopkins, posterior cofundador del movimiento Transition Towns. Dicho proyecto piloto supuso el primer intento de llevar a cabo un plan participativo e integral de descenso energético (EDAP[10]), en el que se trabajaba visionando un futuro positivo y autosuficiente en un mundo sin petróleo, para la población sudirlandesa de Kinsale. Poco después, se creaba en Totnes, un pueblo del suroeste de Inglaterra, la primera iniciativa en transición, Transition Town Totnes[11].

Desde ese momento, e impulsadas por la posterior creación de la Transition Network[12] (Red de iniciativas en Transición) y la publicación del Transition Handbook[13] (Manual para la Transición), las iniciativas en transición han ido emergiendo y evolucionando en todo el mundo a partir del trabajo a nivel comunitario, y con las siguientes premisas:

  • Que la vida con un descenso dramático del consumo energético es inevitable y, por tanto, mejor prevenir que ser cogido por sorpresa.
  • Que la falta de resiliencia social actual hace que en estos momentos nuestras comunidades no estén preparadas para afrontar los choques que provocará el pico de producción del petróleo.
  • Que debemos actuar colectivamente y debemos hacerlo ahora.
  • Que dando rienda suelta a la creatividad de la comunidad podemos proactivamente diseñar nuestro descenso energético y construir modos de vida más interrelacionados y ricos que reconozcan los límites físicos de nuestro planeta.

Un reto colectiv0

Efectivamente la transición es un gran reto colectivo que implica actuaciones a muy distintos niveles. Jóvenes y mayores, instituciones, comerciantes y sociedad civil, en general, deben actuar conjuntamente dando rienda suelta a su creatividad, y justamente ese es uno de los grandes logros del movimiento de transición: conseguir, mediante la creación de redes, el uso de dinámicas participativas, el ejemplo práctico y el visionado conjunto de un futuro posible y mejor, la paulatina inclusión de los diferentes actores en el proceso de cambio.

El movimiento de transición nos enseña lo importante que es asociar imágenes, para así tener una visión clara sobre cómo queremos que sea nuestro futuro. ¿Qué pasaría si en vez de imaginarnos un futuro lleno de desastres y catástrofes le diésemos la vuelta y lo viésemos como un futuro lleno de extraordinarias oportunidades?. Oportunidades de reinventar, repensar y reconstruir un futuro abundante en tiempo, en salud y en felicidad. Un futuro más local, comunitario y autosuficiente. Para ello como nos indica Rob Hopkins[14], es necesario crear nuevas historias y mitos que nos permitan avanzar en las próximas décadas, como por ejemplo de la ciudad que tiene su propia moneda o del pueblo que cambia los aparcamientos de coches por huertos comunitarios. En definitiva, historias de la comunidad que descubre que vivir con menos es vivir mejor.

Autoorganización

Cada iniciativa de transición, formada por gente corriente, como tú y como yo, se autoorganiza, mediante la creación de grupos de trabajo autónomos, sobre aspectos diversos como alimentación, educación, energía, psicología del cambio, etc. A partir de ahí las iniciativas ponen en práctica todo tipo de soluciones, creíbles y adaptadas a su contexto, para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y recuperar la resiliencia de su comunidad: huertos urbanos, sistemas de trueque y monedas locales, talleres de reciclaje y recuperación de saberes tradicionales, proyectos de bioconstrucción y aislamiento de casas, creación de bancos de semillas, asesorías de vulnerabilidad al petróleo para los comercios, proyectos sobre energías renovables, cuentos de transición, ferias ecológicas, guías de comida local, plantación de árboles frutales, o la creación de un plan integral de descenso energético (EDAP).

La evolución del Movimiento de Transición

El movimiento de transición es un movimiento joven y en pleno crecimiento. Continuamente, de manera viral y autoorganizada, nuevos grupos locales se adhieren a la idea de comenzar la transición por todo el mundo. Actualmente, aunque la mayoría de iniciativas se encuentran en países anglosajones, como Reino Unido, Irlanda, USA, Australia o Nueva Zelanda, ya hay grupos en casi 40 países. Algunos ejemplos son: Japón, Chile, Portugal, Francia, Finlandia, Alemania, Italia o España. A día de hoy existen ya cerca de 400 iniciativas oficiales y más de mil que están empezando a trabajar en ese mismo camino. Existen pueblos, barrios, ciudades, islas, penínsulas y bosques en transición, cada uno con sus propios proyectos, con su propia personalidad. Continuamente surgen nuevas publicaciones y películas, como la reciente In Transition 2.0., en torno al movimiento Transition Towns, consiguiendo que el concepto de transición, hace un par de años casi desconocido, hoy día esté de total actualidad.

En España, el movimiento de transición se encuentra en sus inicios y en plena expansión. El reciente y exitoso primer Encuentro Ibérico de Transición[15] celebrado del 20 al 22 de abril en Zarzalejo, Madrid, en el que participaron más de 130 personas de todo el estado, es prueba de esa efervescencia. Además la wiki para el movimiento de transición en habla hispana[16], publicaciones como “De la idea a la acción: aprendiendo del movimiento Transition Towns”[17] o la emisión de documentales como “Pueblos en Transición”[18], han ayudado de manera muy importante al mejor conocimiento del movimiento y a su dispersión por el territorio. Actualmente existen grupos de trabajo en torno a la transición en unas 30 localidades españolas: Barcelona y Vilanova i la Geltrú, Zarzalejo (Madrid), Mahón, Vitoria Gasteiz, Coín (Málaga), Jerez, la universidad de Santiago o Valencia, son solo algunos ejemplos.

El concepto de transición, como quedó en la última conferencia internacional sobre Transition Towns que tuvo lugar en Julio del 2011[19], está en continua evolución. Participantes de 12 países y debates sobre activismo y transición, sobre la necesidad de incluir la crisis financiera entre uno de sus objetivos, la adaptación de sus principios a contextos de pobreza como las favelas de Brasil, o la discusión de todo lo sucedido en las plazas europeas[20], mostraron la abertura de un movimiento que está sabiendo adaptarse a nuevos contextos y realidades.

15M y Movimiento de Transición

Mención especial en el momento de cambio que vivimos actualmente, tiene el despertar que ha supuesto el movimiento 15M[21]. Hace justo un año las plazas de España y de otros países del mundo se llenaron de gente de todo tipo, proclamando de manera masiva y pacífica su indignación frente a un sistema injusto, dominado por bancos, grandes empresas y gobiernos corruptos. Y, ¿qué mejor manera de hacerlo que con el ejemplo? Niños, jubilados, estudiantes, trabajadores y parados, que dejando de lado sus pequeñas diferencias se pusieron manos a la obra para diseñar y construir a través de la creatividad, la cooperación y la autoorganización, pequeñas comunidades semi-autosuficientes en el centro de las ciudades. Comedores, populares, cuidado sanitario, múltiples grupos de trabajo, guarderías, huertos, el uso de la democracia participativa y horizontal o de los principios de la permacultura, o las múltiples actividades culturales, fueron claros ejemplos de que la gente quiere un modelo de vida diferente y que es posible. ¿Acaso no es este un ejemplo increíble de transición?

Lo sucedido en tantas plazas, y que ha vuelto a revivir durante el fin de semana del 12 al 15 de Mayo del 2012, demostrando que está más activo que nunca, se trata de un gran experimento de transición social, que pese a lo efímero, a puesto a la sociedad de muchos países en plena efervescencia. Pero ¿cómo continuar este cambio? No existen respuestas concretas y evidentemente dependerá de cada lugar y situación, pero lo que está claro es que el movimiento de transición puede tiene un papel crucial en este proceso global de cambio, aportando su visión, metodologías y herramientas, para canalizar constructivamente la indignación actual.

Por un cambio de paradigma

Sabemos que la recuperación de un equilibrio global pasa por la reconstrucción de resiliencia mediante el decrecimiento consciente de las economías, la relocalización de nuestros modos de vida y la reconexión con el medio natural, y que para ello es imprescindible un gran cambio cultural. Donella Meadows nos explica en “Leverage Points–Places to Intervene in a System”[22], que el punto clave en el que hay que actuar para que cambie un sistema es en el cambio de paradigma, es decir aquellas ideas compartidas y asunciones que dan forma a la cultura, que la guían. Cambiar el paradigma consumista actual por el paradigma del “menos es mejor”, el de la sostenibilidad, supone un reto inmenso que no puede esperar.

Con ese objetivo y centrándose en el declive del petróleo y en la necesidad de vivir de manera más autosuficiente, el movimiento de transición nos llama a actuar colectivamente, de manera creativa y huyendo del catastrofismo. Nos invita a reaprender y a cambiar nuestros valores: la competitividad por la cooperación, el individualismo por la comunidad, lo lejano por lo local. Nos infunde ánimo para que conjuntamente visionemos y diseñemos nuestro futuro. Nos explica que esta ilusionante, aunque larga, transición de paradigma puede ser increíble. Y nos dice que definitivamente hay que de dejar las diferencias de lado y ponerse ya manos a la obra porque es el momento de pasar todos juntos de la indignación a la acción.

Juan del Río

[1]Walker, B., Hollinger, C.S., Carpenter, S.R. and Kinzing, A. (2004) “Resilience, Adaptability and Transformability in Social-ecological Systems” Ecology and Society.9 (2) p.5.

[2]Rockström, Johan; W. Steffen, K.; Noone, [et al.] (2009). “Planetary Boundaries: Exploring the safe operating space for humanity”, Ecology and Society 14(2), p 32.

[3]Pigem, J. (2010) “Revalorar el món: els valors de la sostenibilitat” Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible de Catalunya.

[4] Datos del Oil Depletion Analysis Centre. (http://www.odac-info.org). Mirar también: http://www.hubbertpeak.com/

[5]Heinberg, R.(2003) “The Prty’s Over, War and the Fate of Industrial Societies”. New Society Publishers.

[6] www.decrecimiento.es

[7] www.transtiontowns.org

[8]Holmgren, D. (2003). “Permaculture: principles and pathways beyond sustanaibility”.Holmgren Design Services.

[9]http://transitionculture.org/wp-content/uploads/kinsaleenergydescentactionplan.pdf

[10]Energy Descent Action Planning

[11]http://www.transitiontowntotnes.org/

[12]http://www.transitionnetwork.org/

[13]Hopkins, R. (2008). “The Transition Handbook.From oil dependency to local resilience”.Totnes. Green Books.

[14]http://www.ted.com/talks/lang/spa/rob_hopkins_transition_to_a_world_without_oil.html

[15]http://movimientotransicion.pbworks.com/w/page/47282340/1er%20ENCUENTRO%20IB%C3%89RICO%20DE%20TRANSICI%C3%93N

[16]http://movimientotransicion.pbworks.com

[17]Del Río, J. (2009) “De la idea a la acción: aprendiendo del movimiento TransitionTowns” Máster en Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Catalunya. Se puede descargar en: http://movimientotransicion.pbworks.com/f/De+la+idea+a+la+acci%C3%B3n%3B+Aprendiendo+del+Movimiento+Transition+Towns+-+Juan+Del+R%C3%ADo.pdf

[18]http://www.rtve.es/television/20100208/escarabajo-verde-pueblos-transicion/317064.shtml

[19] http://www.transicionsostenible.com/conferencia-internacional-de-transition-towns.htm

[20] http://www.youtube.com/watch?v=80UdS9WuQXA

[21] http://tomalaplaza.net/

[22]Meadows, Donella (2009).“Leverage Points–Places to Intervene in a System”.London. Earthscan.

15M what’s happening in Spain?

04 Ago
por Transición Sostenible, en la categoría Blog, Entrevistas, Videos   |  1 Comentario

Entrevista realizada por la Transition Network a Juan del Río y Duncan Crowley sobre el movimiento 15M y su relación con la transición.

Primeras medidas para una vida digna

25 Jun
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog   |  Sin comentarios

15M

Este documento, realizado durante la acampada de Plaza Catalunya a lo largo de mayo y junio del 2011, es el resultado del trabajo de cientos de personas, autoorganizadas en decenas de comisiones, a partir de un proceso de consenso y debate constructivo.

En el se resumen una serie de medidas y propuestas para un futuro mas digno social y ambientalmente hablando. Supone un primer paso ilusionante y el comienzo de un nuevo despertar en la sociedad en la busqueda de la transición hacia un nuevo modelo.  Comienza así:

Hemos salido a la calle dejando a un lado el aislamiento de nuestras luchas parciales e individuales y hemos pasado a afrontarlas conjuntamente, con entusiasmo colectivo. Con ello ha irrumpido la idea de que es posible un cambio real en nuestra existencia en común, que hoy sentimos amenazada.

Nos hemos acercado a la plaza para escucharnos, construir propuestas y buscar soluciones, sin intermediarios que hablen por nosotros: tomando la palabra y mediante la autoorganización.

Un grito de rabia e indignación nos une ante la precarización y el deterioro de las condiciones de vida en todos los ámbitos, causadas por el capitalismo, que es incapaz ya de resolver sus contradicciones internas e incrementa además su potencial de destrucción.

Nuestra indignación surge no sólo ante la no-voluntad de la clase política de ejercer su
función de servicio público para el pueblo, sino ante su creciente sumisión al poder de la
banca y el capital especulativo, favoreciendo a los monopolios y promoviendo privatizaciones de servicios públicos.

La situación de crisis económica acentúa los niveles de exclusión y paro por la reforma
laboral, los recortes y el empeoramiento de las pensiones.

El escándalo ante tal situación, que de no cambiar conduce irremediablemente a la barbarie, nos empuja a unirnos a las demás fuerzas y a hacer nuestras las reivindicaciones de sus luchas (luchas obreras, estudiantiles, de género, de origen, colectivos altermundistas, de autodeterminación de los pueblos…).

Esta situación límite que impide nuestra subsistencia nos obliga a exigir y conquistar las
siguientes medidas:
1. Laboral
2. Vivienda
3. Sistema bancario y financiero
4. Fiscalidad
5. Servicios públicos
6. Medioambiente
7. Participación comunitaria en el funcionamiento de las
instituciones públicas
8. Eliminación de privilegios de políticos, sindicalistas y
representantes religiosos

*La continuación de este importante documento se puede leer aquí

Mas información en:

http://www.acampadadebarcelona.org/

http://madrid.tomalaplaza.net/