Decrecimiento

El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad

28 Dic
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog, Entrevistas   |  Sin comentarios

«El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad» es el último trabajo de Quim Nogueras Raig. Se trata de un excelente documento en el que nos presenta una serie de interesantes entrevistas a pensadores, cietíficos y activistas de estos momentos de cambio. Desde el cambio climático a la crisis energética y económica, pasando por el decrecimiento o la transición, este trabajo es un testimonio de nuestros tiempos y nos inspira a actuar. El documento lo podeis descargar al final de este artículo. Así como tambien su anterior trabajo «Energía y clima. Descubriendo los límites» Gracias por tu trabajo Quim. Disfrutadlo y difundidlo.

El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad

Es bien sabido que los seres humanos acostumbramos a cometer errores. Lo hacemos tan a menudo y de tan diversas maneras, que alguien que viniera de fuera podría pensar que incluso nos gusta. Pero no es así. No nos gusta nada equivocarnos, nos avergüenza, nos hiere el orgullo más que cualquier otra cosa, y por eso, antes que reconocer un error haremos lo que sea. Esto nos conduce, la mayoría de las veces, a cometer una equivocación aún mayor, en lo que se convierte en el principio de una larga sucesión de despropósitos, que puede llegar a ser de magnitud planetaria, tal como trataremos más adelante.

Cuando pensamos en la situación que vivimos hoy en nuestro país, no pensamos en errores, sino en la mala fe de los más poderosos. Y es cierto. Buena parte de lo que ocurre es, en mi opinión, fruto de decisiones intencionadas, de actos de egoísmo consciente, perpetrados por individuos que, con la única intención de enriquecerse, han arrojado a la miseria a millones de personas. Resulta cada vez más evidente que este abuso, lejos de detenerse, empeora día tras día, y nuestras instituciones de gobierno, en lugar de protegernos, se convierten herramientas de dominio al servicio de sus autores, los dueños del dinero.

Movimientos como Democracia Real Ya, el 15M, los llamados Indignados, son la expresión visible de una conciencia social que se está generalizando, que responsabiliza a las grandes fortunas y los grandes partidos políticos de la crisis económica actual y que, en consecuencia, tiene la convicción de que si lográramos un sistema realmente justo y democrático, podríamos volver a vivir como cinco años atrás.

Algunas voces consideran, sin embargo, que si realmente queremos salir de esta crisis, aparte de acabar con ladrones y corruptos, tendremos que mirar más allá o, mejor dicho, tendremos mirarnos a nosotros mismos, y analizar seriamente de qué manera nuestra sociedad ha llegado a ser lo que es. Quizás entonces seremos conscientes de qué errores hemos cometido, y cuáles no nos podemos permitir repetir.
Para entender de qué se alimenta lo que llamamos el estado del bienestar, no debemos mirar la economía, sino la tierra, lo que sacamos de ella y la huella que dejamos después. La riqueza de la que hemos llegado a disfrutar no es más que la traducción de un hecho físico crucial: en 100 años hemos multiplicado el ritmo de explotación de los recursos naturales hasta un nivel sin precedentes. Nuestros bisabuelos vivieron el nacimiento de la revolución industrial. Una nueva era en la que, gracias a la utilización masiva de los combustibles fósiles, el mundo ha sufrido una transformación total: ha cambiado nuestra manera de trabajar, de movernos, de organizar nuestras ciudades, ha transformado nuestra manera de producir alimentos, ha permitido multiplicar la población mundial y, particularmente en occidente, ha llevado a aumentar los niveles de consumo de forma completamente desmedida.
Científicos de todo el mundo advirtieron hace años que, por cuestiones geológicas, este crecimiento llegaría a un límite, que la producción de petróleo en un momento dado alcanzaría un máximo a partir del cual comenzaría a declinar inexorablemente, un proceso que tambiénseguirían el carbón, el gas natural, el uranio, así como la mayoría de las materias primas que ahora consideramos esenciales.

Advirtieron también de los efectos climatológicos que tendrían las emisiones de CO2 provenientes de la quema de los combustibles fósiles, y que ello conllevaría serias consecuencias sobre nuestra calidad de vida. Nos explicaron, además, que debido a la inercia que presenta este fenómeno, corregirlo nos llevaría décadas, y que en caso de mantenerse demasiado tiempo, corríamos el peligro de que se acelerara y se acabara desbocando.
El agotamiento de recursos y el cambio climático fueron predichos hace décadas, y son problemas tratados por nuestras instituciones de gobierno desde hace años, aunque siempre lo han hecho de puertas adentro, y sin demostrar ninguna intención real de hacerle frente. Esto ha contribuido a que la mayoría de la población continúe desconociendo la gravedad de la situación, o bien tenga la creencia de que se trata de cuestiones que nos afectarán más a largo plazo.
No hace falta ir demasiado lejos para darnos cuenta de que esto no es así, que aquel futuro que preveían los científicos ya está aquí: la producción de carburantes y de metales como el cobre no puede seguir el ritmo del crecimiento y sus precios suben hasta máximos históricos, estrangulando una economía que ya pende de un hilo; por el otro lado hace sólo unos meses sufríamos cuatro olas de calor consecutivas, el mismo verano que el casquete polar marcaba mínimos desde que se dispone de datos, poco antes de contemplar por televisión la visita de un huracán a la capital de occidente.

Nos encontramos pues en un punto clave en la historia, un momento decisivo en el que confluyen graves problemas económicos, ecológicos, políticos, climáticos… y donde nos vienen a la cabeza preguntas muy importantes, como por ejemplo:
-Después del petróleo, ¿podremos continuar funcionando con energías renovables?
-¿Hasta qué punto debemos preocuparnos por el cambio climático?
-¿Qué haremos si la economía no vuelve a crecer?
-¿Qué puedo hacer yo para prepararme para el futuro? ¿y qué puedo hacer por mis hijos?
-¿Cómo podemos evitar que cada vez más gente pase hambre?
-¿Hay alguien que ya se haya organizado y esté trabajando para asegurar un futuro digno?
-¿Cómo puedo aportar mi granito de arena?

Con la intención de encontrar una primera orientación hacia sus respuestas, y aprovechando las facilidades que ofrece la red, he entrevistado a diferentes personas de nuestro país, expertas en sus respectivos ámbitos. Comenzaremos conversando con Carles Riba, quien nos hablará de la crisis energética y de las soluciones que la ciencia nos puede ofrecer; a continuación Fernando Valladares nos aclarará algunos puntos importantes sobre el cambio climático; preguntaremos a Arcadi Oliveres acerca de los efectos de la escasez de recursos sobre la economía y sobre el estado del bienestar; seguidamente Marta Rivera nos explicará qué riesgos planean sobre la disponibilidad de alimentos, y como resolverlos; Carles Feixa nos ofrecerá su punto de vista sobre el papel de la juventud de cara al futuro, y en último término conoceremos dos de las principales iniciativas colectivas que han surgido en nuestro país para dar respuesta a la crisis energética y ambiental, de la mano de Enric Duran (Cooperativa Integral Catalana) y Juan del Río (Red de Pueblos en Transición).

Quim Nogueras.

Puedes leer y descargarte El retorno al equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad – Quim Nogueres 2012

Puedes leer y descargarte su trabajo anterior: Energía y clima. Descubriendo los límites.

Antonio Turiel – Condenados a decrecer

12 Nov
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog, Entrevistas, Videos   |  Sin comentarios

Condenados a decrecer. El día 7 de noviembre se realizó una entrevista en el programa «Singulars» de la televisión pública catalana al físico e investigador Antonio Turiel. Hasta aquí todo parece normal, pero es que Antonio es uno de los mayores expertos en crisis energética y pico del petroleo del estado español y un gran divulgador a través de su blog «The Crash Oil«, y el que le dediquen un programa de casi una hora es un hecho muy destacable por que nos muestra como los medios masivos estan cada vez dando más espacio a este tema tan crucial y urgente, que hasta hace poco solo llegaba a medios especializados. Gracias por tu trabajo Antonio.

A continuación podreis ver el video Condenados a decrecer, está en catalan. Aquí podeis acceder a la entrevista escrita en castellano. No tiene desperdicio.

2º Encuentro de decrecimiento y transición en Gasteiz y 1º Encuentro de transición en Valdepiélagos (Madrid)

07 Oct
por Transición Sostenible, en la categoría Blog, Eventos, Noticias   |  1 Comentario

Este fin de semana, del 12 al 14 de octubre, se llevarán a cabo dos importantes encuentros que muestran como el interés por las alternativas al modelo socio-económico actual está en pleno crecimiento. ¡Esperamos que los dos sean un verdadero éxito!

El primero de ellos es el 2º Encuentro de decrecimiento y ciudades en transición que se celebrará en Gasteiz , Pais Vasco, del 12 al 14 de octubre 2012. Un encuentro que en palabras de David Gonzalez, uno de sus organizadores, busca crear puentes entre el decrecimiento y el movimiento de transición.

En el se plantean los siguientes objetivos:
– Conocer qué grupos existen en la geografía estatal, cómo entiende cada uno el Decrecimiento, cómo se organizan y qué tipo de actividades hacen.
– Crear red: es decir, obtener contactos y establecer vías de comunicación para que sigamos comunicándonos y colaborando en adelante.
– Ser una semilla para posibles proyectos compartidos, o para ayudar a formar grupos similares en otras regiones.

Para ello, se propone un espacio de debate horizontal y participativo que incluiría los siguientes formatos: Bloques temáticos, mesas redondas y debates, talleres, intercambio de experiencias, etc.

El programa puede verse aquí.

El segundo de ellos es el «Encuentro de Pueblos en Transición de Valdepiélagos» que bajo el lema “Desarrollo local para resistir mejor la crisis. Cómo depender menos del petróleo” se celebrará del 12 al 14 en Valdepiélados, Madrid. Aquí podeís ver el programa.

La economía del bien común de Christian Felber

13 Abr
por Transición Sostenible, en la categoría Blog, Videos   |  2 Comentarios

Christian Felber nos presenta en los siguientes dos videos un modelo económico sostenible y alternativo al capitalismo: la economía del bien común.


Christian Felber – La Economía del Bien Común from ATTAC.TV on Vimeo.

Paul Gilding: La Tierra está llena

17 Mar
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¿Hemos agotado todos los recursos? ¿Hemos usado todo el espacio habitable de la Tierra? Paul Gilding sugiere que sí, y que existe la posibilidad de unas consecuencias devastadoras, en una charla con partes iguales de terror y, curiosamente, esperanza.

Economía para un planeta finito. Entrevista a Tim Jackson.

10 Feb
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Hoy la prosperidad es inseparable del crecimiento económico, de la expansión constante.

Burro grande, ande o no ande.
Para mí eso no es prosperidad, y encima ese modelo no funciona.

Defíname prosperidad.
Necesitamos unas condiciones materiales para vivir bien: comida, casas acondicionadas, ropa… Pero más allá de eso la prosperidad tiene que ver con la salud, las buenas relaciones, pertenecer a una comunidad vigorosa, la confianza en el futuro y un sentimiento de propósito en la vida.

Eso es filosofía, no economía.
Se equivoca, aparte de que acumular y consumir no tienen nada que ver con prosperar, es insostenible financieramente; de hecho, la crisis que estamos viviendo es la consecuencia de este sistema insostenible.

Basado en el crédito y la deuda.
Con esta obsesión de buscar el crecimiento, lo que hemos conseguido es minar el crecimiento y la sostenibilidad del sistema. El sistema es insostenible desde el punto de vista ecológico e inestable desde el financiero.

¿Cómo escapar del crecimiento sin hundir la economía?
En el sistema actual, imposible: si el crecimiento se detiene, el sistema se colapsa.

¿Entonces?
Propongo prosperar (en el sentido que decíamos antes) sin crecer, un modelo macroeconómico que permita una estabilización económica. Para eso debemos tener en cuenta dónde invertimos nuestro dinero. Dígame, ¿qué es la inversión?

¿…?
La relación entre el presente y el futuro: proteger los valores que tenemos para que estén ahí en el futuro; bajo esta premisa los objetivos de inversión serían los que permiten mantener las condiciones sociales, los valores ecológicos y la estabilidad.

Entonces, habría que reformar los mercados financieros.
Efectivamente, y replantearse cuál es el objetivo de una empresa.

Hasta hoy, hacer dinero.
Pues deben producir más servicios que objetos: salud, educación, cuidados sociales, ocio, cultura, protección de espacios verdes, construcción de espacios comunitarios…

Pero todo eso requiere dinero.
Pero también generaría ingresos si los mercados de capitales apostaran por ello. El problema es que las empresas basadas en el servicio están denigradas por la economía actual, yo le llamo el sector Cenicienta (que antes de ser princesa realizaba útiles trabajos domésticos no remunerados). En comparación con otro tipo de sector empresarial, no se le ve tanto potencial de crecimiento.

Bueno…, es que no lo tiene.
Debería permitirse que este sector de la economía fuera al baile, porque produce servicios en lugar de materiales y proporciona empleo que tiene sentido para la gente y con un impacto medioambiental muy bajo.

Sería bonito, sí.
Sé que es complicado, porque los beneficios que da este sector no son rápidos, así que requieren una inversión a largo plazo, comunitaria… Permitiría a la gente invertir en algo con sentido, y más seguro.


Este tipo de fondos, que ya existen a pequeña escala, menos expuestos a los mercados financieros, toleran mejor el choque que pueda producir una crisis financiera.

Pero la educación, la salud… no es una inversión, es un gasto.
Sí, un sector anticompetitivo, un agujero por el que se va el dinero. ¿No le parece patológico considerar el sector más importante de presente y de futuro de esa manera?

¿Alguien ha apostado por él?
Noruega ha financiado de manera sabia ese sector Cenicienta aprovechando los recursos que ingresa por el petróleo, lo que le ha permitido avanzar de una economía insostenible hacia un modelo sostenible.

De acuerdo, pero el dinero ha salido del petróleo, sucio, sucio.
Propongo aumentar las inversiones ambientales y desplazar el énfasis del gasto privado al gasto público, al mismo tiempo que se establecen firmes restricciones al consumo de recursos. Hay que aumentar los impuestos sobre los recursos naturales y la contaminación, establecer una renta básica universal y estipular medidas para desalentar el consumo.

Eso da miedo, pero ¿qué medidas?
Restricciones sobre la publicidad. Una redistribución de los ingresos y del empleo mediante la reducción de horas laborales.

¿Y cómo reformaría la estructura de los mercados financieros?
Implicaría no sólo regularlos, sino también alimentar las pequeñas estructuras financieras para que puedan dar créditos suaves a las comunidades, es decir, el pequeño sector empresarial también estaría implicado. Financiar una industria que ya está buscando inversión ética, que tiene en cuenta el impacto medioambiental y social, y que permite que la gente invierta en una economía real y útil para la sociedad.

¿Qué más?
Los políticos están agotando las ideas, pretenden reducir la deuda reduciendo el gasto social, lo que hace que decrezca la economía y se pierda empleo. Hay que ir a una estrategia a largo plazo que reformule el sistema económico.

Un raro en el reino
Como comisionado de Economía del Gobierno británico, Jackson presentó a Gordon Brown un informe (2009) para la reunión convocada con los líderes del G-20. El informe proponía una economía estable, sin crecimiento, que evite tanto el colapso financiero como el ecológico. Ningún líder se lo miró, pero fue el informe más descargado entre analistas financieros. Prosperidad sin crecimiento (editado por Icaria e Intermón Oxfam) se ha traducido a 30 lenguas y defiende que vivir bien en un planeta finito no puede consistir en consumir cada vez más y acumular cada vez más deuda. La prosperidad tiene que ver con la calidad de nuestras vidas y re-
laciones y la economía debe adaptarse a ello.

Tim Jackson estuvo en Barcelona y Madrid  recientemente (finales de enero 2012) presentando la traducción de su libro Prosperidad sin Crecimiento y realizando varias conferencias. La entrevista original se pública en el periódico La Vanguardia. Se puede leer aquí.

 

Desarrollo, decrecimiento y economía verde

12 Dic
por Transición Sostenible, en la categoría Artículos, Blog   |  1 Comentario

La protesta ante el crecimiento económico y del productivismo es un fundamento de la ecología política. No es posible un crecimiento económico en un planeta finito donde los recursos son por definición limitados. Según los ecologistas, nuestros modos de vida son perjudiciales tanto para los recursos naturales y ecosistemas como para la cohesión social y los individuos. Por lo tanto, hace falta reflexionar sobre un nuevo modelo de desarrollo basado en una verdadera sostenibilidad y la justicia global.

1. SALIR DEL DOGMA DEL CRECIMIENTO Y DEL PRODUCTIVISMO

El sistema socio-económico actual, apoyándose en las ideologías dominantes dentro de las izquierdas y de las derechas, sigue esperando con paciencia el regreso del crecimiento económico que permitirá, según las diferentes teorías, conseguir el pleno empleo y el bienestar social (1). Sin embargo, este planteamiento no toma en cuenta el carácter finito de la Tierra que le impide soportar un desarrollo económico que supere la capacidad de carga de los ecosistemas (2).

Además, a pesar de vivir en un mundo tecnológicamente cada vez más eficiente, asistimos a un aumento de la presión sobre los ecosistemas y del consumo energético. Esto debilita la teoría productivista, que afirma que la cantidad de recursos naturales requerida por unidad de producto disminuye con el progreso técnico. El aumento general de la brecha entre pobres y ricos contradice también la dudosa teoría según la cual el crecimiento económico es capaz de reducir las desigualdades y de reforzar la cohesión social (3). Estos errores teóricos se materializan en el cálculo actual de la “riqueza de la nación” a través del PIB (4), herramienta parcial que sólo suma las riquezas llamadas productivas y no el conjunto de las riquezas sociales y ecológicas (5).

El desarrollo reciente de conceptos como la huella ecológica (6) o la deuda ecológica (7) pone en evidencia que los modelos socio-económicos vigentes no son viables a largo plazo. Además de ser insostenibles, tampoco son justos, ya que actualmente un 20% de la población mundial (de los países del Norte) consume el 80% de los recursos planetarios. La reflexión ecológica no se puede desvincular por lo tanto de una reflexión social sobre el reparto justo de los recursos naturales. En otras palabras, la justicia global tiene relación directa con el espacio ecológico ocupado tanto por los países mal-llamados “desarrollados” como por las elites de los países del Sur.

Esta situación viene provocada por varios siglos de un sistema capitalista y productivista basado en la acumulación y la explotación de los ecosistemas. Sin embargo, no tenemos que olvidar que, más allá del capitalismo, es la ideología productivista dominante la que está arruinando el planeta. El conjunto de los productivismos mantienen una fe ciega en el progreso tecnológico y en la dominación del ser humano sobre la Naturaleza. En este sentido, la construcción de un nuevo modelo de desarrollo supera la cuestión de la propiedad de los medios de producción y del reparto de las riquezas producidas. Más allá de la lucha entre capital y trabajo, es crucial la cuestión del sentido, la calidad y la finalidad de la producción.

2. HACIA UN DECRECIMIENTO SELECTIVO Y JUSTO

El concepto de “desarrollo sostenible” elaborado en el Informe Bruntdland (8) y popularizado en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 es una definición consensuada que proviene de una correlación de fuerzas entre fuerzas productivistas y ecologistas. A pesar de representar una inflexión positiva en la reflexión sobre la finitud del planeta, este concepto se sigue basando en el dogma del crecimiento (9) y no fija ninguna prioridad entre lo económico, lo social y lo medioambiental. Dicho de otra manera: confunde fines y medios y ha resultado ser presa fácil para las fuerzas políticas y mercantiles dominantes. Por lo tanto, parece imprescindible que el concepto de “desarrollo sostenible” pase a una segunda fase de su existencia.

Por ello, es posible apoyarse en un principio básico de la “bioeconomía” (10): un subsistema no puede regular a un sistema que le engloba. Dicho de otra manera, la regulación del conjunto, del sistema vivo, no se puede realizar a partir de un nivel de organización inferior como es la economía, que actúa con sus propias finalidades. La economía es parte íntegra de la sociedad, ella misma parte de la biosfera. Por lo tanto, el mercado –que no es más que una parte de la economía– no puede imponer su modo de funcionamiento al resto de los niveles. Sólo una organización controlada por finalidades globales tiene legitimidad en un sistema ecologista.

Así, el desarrollo humano y sostenible, fenómeno cualitativo y cuantitativo, sólo se puede conseguir si se respetan los mecanismos reguladores de las esferas humanas y naturales en las cuales se encuentra. El objetivo es una mejora en la calidad de vida de las poblaciones humanas y la sostenibilidad de los ecosistemas que permite la regeneración de nuestro medio ambiente. Si queremos dejar en herencia a las generaciones futuras un mundo viable, cualquier actividad humana se tiene que situar en los límites de las capacidades de regeneración de los ciclos naturales, es decir respetando la capacidad de carga de los ecosistemas.

Para lograr esta meta, es decir un desarrollo tanto humano como sostenible, se plantea la idea de un decrecimiento selectivo y justo. Sin dogmatismos, se trata de alentar a través de vías únicamente democráticas el decrecimiento donde resulta necesario y el crecimiento donde es posible y deseable. El término “decrecimiento” (11), por su impacto y su significado semántico, resulta mucho más difícil de fagocitar como ocurrió con el término “desarrollo sostenible” y, como lo recuerda Serge Latouche –principal teórico del decrecimiento en Francia–, “tiene como objeto primordial marcar fuertemente el abandono del insensato objetivo del crecimiento por el crecimiento” (12).

Sin duda, queda todavía por realizar un estudio más profundo de los aspectos teóricos y prácticos del “decrecimiento”, principalmente en relación con el desarrollo de los países del Sur. Además recordamos que por “decrecimiento” no hay que entender un crecimiento negativo de la economía instituido como un fin en sí mismo, ni tampoco una búsqueda del decrecimiento por el decrecimiento, metas tan absurdas como el dogma del crecimiento. Por “decrecimiento” entenderemos más bien un cambio radical de modelo socio-económico tanto en las estructuras como en las mentalidades que permite concebir las finalidades y las riquezas humanas de otro modo. Un cambio imprescindible hacia la sostenibilidad ecológica y la justicia social, porque la verdadera utopía es pretender que podremos seguir desarrollándonos así mucho tiempo.

Florent Marcellesi es ingeniero urbanista y especialista en cooperación internacional. Conjuga su trabajo como experto en participación ciudadana y sostenibilidad con una intensa actividad política en el movimiento verde español, francés y europeo. Es miembro de Bakeaz y, en la actualidad, coordinador nacional de Jóvenes Verdes (www.jovenesverdes.org)

Notas

(1) Aunque existen en Europa corrientes verdes minoritarias tanto dentro de la social-democracia como dentro del marxismo (ver el ecosocialismo por ej.), la publicación del Informe del Club de Roma que propone un crecimiento 0 provoca un escándalo tanto en el seno de la izquierda como de la derecha. Ambos sectores consideran el informe como una herejía contra el “progreso”.

(2) La capacidad de carga es el nivel de población que puede soportar un medio ambiente dado sin sufrir un impacto negativo significativo. La capacidad de persistencia puede variar a lo largo del tiempo, en función de los factores de los que depende: cantidad de comida, hábitat, agua y otras infraestructuras vitales. Para saber más: http://www.eurosur.org/futuro/fut53.htm

(3) Para desarrollar estos dos aspectos, ver el artículo de Jean-Marie Harribey “Alternativas: Por una sociedad ahorrativa y solidaria” publicado en Le Monde Diplomatique y disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=4293

(4) El PIB (Producto Interno Bruto) es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un periodo determinado. Hoy en día el uso del PIB per cápita como medida de bienestar se ha generalizado. Para saber más: http://www.econlink.com.ar/dic/pib.shtml

(5) La definición de las riquezas productivas encuentra sus raíces teóricas en economistas como Smith, Malthus y sobre todo Ricardo.
(6) Definida en 1996 por William Rees y Mathis Wackernagel en la School for Community & Regional Planning de la Universidad de la Columbia Británica, “la huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad humana, país, región o ciudad… sobre su entorno. Es el área de terreno necesario para producir los recursos consumidos y para asimilar los residuos generados por una población determinada con un modo de vida específico, donde quiera que se encuentre esa área”.

(7) El concepto deuda ecológica sigue todavía en debate. M. Robleto y W. Marcelo (Instituto Ecología Política) sostienen que “es el patrimonio vital de la naturaleza, necesario para su equilibrio y reproducción, que ha sido consumido y no restituido a ella”. Según Acción Ecológica de Ecuador, “la Deuda Ecológica es la obligación y responsabilidad que tienen los países industrializados del Norte con los países del Tercer Mundo, por el saqueo y usufructo de sus bienes naturales como petróleo, minerales, bosques, biodiversidad, conocimientos, bienes marinos y por el uso ilegítimo de la atmósfera y los océanos”.

(8) Ver Florent Marcellesi, “Historia del movimiento ecologista y verde (parte II): hacia la ecología política”.

(9) El informe Bruntdland enuncia: “Lo que necesitamos es una nueva era de crecimiento, un crecimiento vigoroso y, al mismo tiempo, social y ’medioambientalmente’ sostenible”.

(10) René Passet, “Principios de Bioeconomía”, Economía y Naturaleza 5. Fundación Argentaria-Visor Distribuciones, 1996

(11) El economista de origen rumanés Nicholas Georgescu-Roegen es considerado como el padre de la idea de decrecimiento. Ver su libro “La Ley de la entropía y el proceso económico”. Madrid. Fundación Argentaria, Visor , 1996.

(12) Serge Latouche, “Décoloniser l’imaginaire: la pensée créative contre l’économie de l’absurde”. Editions Broché, 2003.

Florent Marcellesi

Florent Marcellesi, Artículo publicado en el número 31 de The Ecologist para España y Latinoamérica, 2007.

¿Quien mató al crecimiento económico?

26 Ago
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Interesante corto documental animado realizado por el Post Carbon Institute, centro norteamericano puntero a nivel mundial en investigación y divulgación sobre el pico del petróleo y alternativas post-petróleo. El video, narrado por Richard Heinberg, nos explica de manera clara y sencilla el porque nuestro modo de vida basado en el crecimiento ilimitado, y muy especialmente en el uso del petóleo, no tiene cabida en un planeta finito.

Rob Hopkins: la transición a un mundo sin petróleo.

09 Feb
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Rob Hopkins: la transición a un mundo sin petróleo

Rob Hopkins, fundador del movimiento socio-ambiental Transition Towns, nos recuerda que nuestro mundo depende de un petróleo que se está acabando. El nos propone una única solución a este problema – la respuesta de Transición, donde nos preparamos para la vida sin petróleo y sacrificamos nuestros lujos para construir sistemas y comunidades que sean completamente independientes de los combustibles fósiles. La transición a un mundo sin petróleo

* Recuerda que puedes activar los subtítulos en español en la pestaña view subtitles.