«El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad» es el último trabajo de Quim Nogueras Raig. Se trata de un excelente documento en el que nos presenta una serie de interesantes entrevistas a pensadores, cietíficos y activistas de estos momentos de cambio. Desde el cambio climático a la crisis energética y económica, pasando por el decrecimiento o la transición, este trabajo es un testimonio de nuestros tiempos y nos inspira a actuar. El documento lo podeis descargar al final de este artículo. Así como tambien su anterior trabajo «Energía y clima. Descubriendo los límites» Gracias por tu trabajo Quim. Disfrutadlo y difundidlo.
El retorno al Equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad
Es bien sabido que los seres humanos acostumbramos a cometer errores. Lo hacemos tan a menudo y de tan diversas maneras, que alguien que viniera de fuera podría pensar que incluso nos gusta. Pero no es así. No nos gusta nada equivocarnos, nos avergüenza, nos hiere el orgullo más que cualquier otra cosa, y por eso, antes que reconocer un error haremos lo que sea. Esto nos conduce, la mayoría de las veces, a cometer una equivocación aún mayor, en lo que se convierte en el principio de una larga sucesión de despropósitos, que puede llegar a ser de magnitud planetaria, tal como trataremos más adelante.
Cuando pensamos en la situación que vivimos hoy en nuestro país, no pensamos en errores, sino en la mala fe de los más poderosos. Y es cierto. Buena parte de lo que ocurre es, en mi opinión, fruto de decisiones intencionadas, de actos de egoísmo consciente, perpetrados por individuos que, con la única intención de enriquecerse, han arrojado a la miseria a millones de personas. Resulta cada vez más evidente que este abuso, lejos de detenerse, empeora día tras día, y nuestras instituciones de gobierno, en lugar de protegernos, se convierten herramientas de dominio al servicio de sus autores, los dueños del dinero.
Movimientos como Democracia Real Ya, el 15M, los llamados Indignados, son la expresión visible de una conciencia social que se está generalizando, que responsabiliza a las grandes fortunas y los grandes partidos políticos de la crisis económica actual y que, en consecuencia, tiene la convicción de que si lográramos un sistema realmente justo y democrático, podríamos volver a vivir como cinco años atrás.
Algunas voces consideran, sin embargo, que si realmente queremos salir de esta crisis, aparte de acabar con ladrones y corruptos, tendremos que mirar más allá o, mejor dicho, tendremos mirarnos a nosotros mismos, y analizar seriamente de qué manera nuestra sociedad ha llegado a ser lo que es. Quizás entonces seremos conscientes de qué errores hemos cometido, y cuáles no nos podemos permitir repetir.
Para entender de qué se alimenta lo que llamamos el estado del bienestar, no debemos mirar la economía, sino la tierra, lo que sacamos de ella y la huella que dejamos después. La riqueza de la que hemos llegado a disfrutar no es más que la traducción de un hecho físico crucial: en 100 años hemos multiplicado el ritmo de explotación de los recursos naturales hasta un nivel sin precedentes. Nuestros bisabuelos vivieron el nacimiento de la revolución industrial. Una nueva era en la que, gracias a la utilización masiva de los combustibles fósiles, el mundo ha sufrido una transformación total: ha cambiado nuestra manera de trabajar, de movernos, de organizar nuestras ciudades, ha transformado nuestra manera de producir alimentos, ha permitido multiplicar la población mundial y, particularmente en occidente, ha llevado a aumentar los niveles de consumo de forma completamente desmedida.
Científicos de todo el mundo advirtieron hace años que, por cuestiones geológicas, este crecimiento llegaría a un límite, que la producción de petróleo en un momento dado alcanzaría un máximo a partir del cual comenzaría a declinar inexorablemente, un proceso que tambiénseguirían el carbón, el gas natural, el uranio, así como la mayoría de las materias primas que ahora consideramos esenciales.
Advirtieron también de los efectos climatológicos que tendrían las emisiones de CO2 provenientes de la quema de los combustibles fósiles, y que ello conllevaría serias consecuencias sobre nuestra calidad de vida. Nos explicaron, además, que debido a la inercia que presenta este fenómeno, corregirlo nos llevaría décadas, y que en caso de mantenerse demasiado tiempo, corríamos el peligro de que se acelerara y se acabara desbocando.
El agotamiento de recursos y el cambio climático fueron predichos hace décadas, y son problemas tratados por nuestras instituciones de gobierno desde hace años, aunque siempre lo han hecho de puertas adentro, y sin demostrar ninguna intención real de hacerle frente. Esto ha contribuido a que la mayoría de la población continúe desconociendo la gravedad de la situación, o bien tenga la creencia de que se trata de cuestiones que nos afectarán más a largo plazo.
No hace falta ir demasiado lejos para darnos cuenta de que esto no es así, que aquel futuro que preveían los científicos ya está aquí: la producción de carburantes y de metales como el cobre no puede seguir el ritmo del crecimiento y sus precios suben hasta máximos históricos, estrangulando una economía que ya pende de un hilo; por el otro lado hace sólo unos meses sufríamos cuatro olas de calor consecutivas, el mismo verano que el casquete polar marcaba mínimos desde que se dispone de datos, poco antes de contemplar por televisión la visita de un huracán a la capital de occidente.
Nos encontramos pues en un punto clave en la historia, un momento decisivo en el que confluyen graves problemas económicos, ecológicos, políticos, climáticos… y donde nos vienen a la cabeza preguntas muy importantes, como por ejemplo:
-Después del petróleo, ¿podremos continuar funcionando con energías renovables?
-¿Hasta qué punto debemos preocuparnos por el cambio climático?
-¿Qué haremos si la economía no vuelve a crecer?
-¿Qué puedo hacer yo para prepararme para el futuro? ¿y qué puedo hacer por mis hijos?
-¿Cómo podemos evitar que cada vez más gente pase hambre?
-¿Hay alguien que ya se haya organizado y esté trabajando para asegurar un futuro digno?
-¿Cómo puedo aportar mi granito de arena?
Con la intención de encontrar una primera orientación hacia sus respuestas, y aprovechando las facilidades que ofrece la red, he entrevistado a diferentes personas de nuestro país, expertas en sus respectivos ámbitos. Comenzaremos conversando con Carles Riba, quien nos hablará de la crisis energética y de las soluciones que la ciencia nos puede ofrecer; a continuación Fernando Valladares nos aclarará algunos puntos importantes sobre el cambio climático; preguntaremos a Arcadi Oliveres acerca de los efectos de la escasez de recursos sobre la economía y sobre el estado del bienestar; seguidamente Marta Rivera nos explicará qué riesgos planean sobre la disponibilidad de alimentos, y como resolverlos; Carles Feixa nos ofrecerá su punto de vista sobre el papel de la juventud de cara al futuro, y en último término conoceremos dos de las principales iniciativas colectivas que han surgido en nuestro país para dar respuesta a la crisis energética y ambiental, de la mano de Enric Duran (Cooperativa Integral Catalana) y Juan del Río (Red de Pueblos en Transición).
Quim Nogueras.
Puedes leer y descargarte El retorno al equilibrio – Propuestas y realidades en el camino hacia la sostenibilidad – Quim Nogueres 2012
Puedes leer y descargarte su trabajo anterior: Energía y clima. Descubriendo los límites.